jueves, 22 de noviembre de 2012

NO CONFUNDAS

 
NO CONFUNDAS
 
No confundas infancia con inmadurez, ni seriedad con falta de alegría. No confundas convencimiento con tozudez, ni estar rodeado con estar en compañía. No confundas carencia con necesidad, siendo esta última, decía no recuerdo quién, la concientización de aquella. No confundas disensión con querella, ni obediencia con sumisión, ni su misión con la tuya, la mía, la de él, o la de ella.  No es lo mismo calavera que carabela, ni Tokio que Kyoto. No es lo mismo espiar a los que expían, que expiar a los que espían. No confundas la libertad, con hacer lo que uno quiere.
 
Jamás una mentira herirá tanto como una verdad hiere.  No confundas tocar con sentir ni oír con escuchar. No es lo mismo hablar que decir.  No confundas autoestima con ego, ni desde más tarde, con desde luego. No confundas nostalgia con anquilosamiento, ni revolución idealista con alzamiento. No confundas simple con fácil, ni fácil con no complicado. Mandarse cada tanto una taradez, con ser un verdadero tarado.  No es lo mismo sabiduría, que acumulación de conocimiento. No juzgues por su intensidad, sino por su duración a un gran sentimiento, decía un tal Nietzsche. 
 
Prefiero a la palabra “poster” la palabra “afiche”. No confundas velocidad con apresuramiento, ni efectista con efectivo. No confundas  alto con altivo, ni mucho menos inteligente con vivo.  No confundas paroxismo con pasión, ni compasión con empatía, ni a esta última con simpatía. No tomes por María José a José María.  No caigas preso de las promesas, ni preso del progreso. No confundas un beso de Judas, con un verdadero beso.  No es lo mismo amor que amorío, hay que saber amar para poder ser amado. No te pavonees cual pavo real, cuando en verdad eres un real pavo. 
 
No es lo mismo decir Ya lo haré que Lo haré ya, ni el escritor es un hombre solo, que el escritor es solo un hombre. No es lo mismo penar porque tu pareja te ha dejado, que pensar en lo bueno que te ha dejado. No es lo mismo Freud que “froid”. El ello no es el masculino del ella. No confundas las luces de neón con las estrellas. No confundas al por menor con a por el menor. No confundas respeto con distancia, ni viva la pepa, con tolerancia, ni militancia con militarismo, ni comunión con comunismo o ser todos como uno mismo. Es humano herrar, pero castigar ante el primer error, es Divino.  
 
No confundas tener ciertas posibilidades, con tener posibilidades ciertas. No es lo mismo estar orgulloso que serlo, ni mirarlo que verlo. No es fácil demostrar que uno es bueno de verdad. Habría muchas cosas más para decir, sobre el arte de confundir. Pero para no empezar a resultar aburrido, voy a resumir todo lo referido  con la última frase que se me viene a la mente: No te confundas con la gente, si no quieres terminar confundido. 
 
Texto: Sebastián Díaz 
 

 

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